Durante el mes de agosto, participé en la ceremonia de la Danza de la Luna (pronto un nuevo post para contarlo) y antes de irme tuve que preparar mis rezos.
Mateo me había ayudado a preparar mis bolsitas de rezos (pequeñas bolsas de tela que contienen plantas secas y un rezo), así que le ofrecí participar a su manera haciendo 4 rezos para él. Los hizo con mucho cuidado y me sorprendió con los rezos que hizo.
1º: ser siempre feliz
2º: aprender a tocar el tambor y tener uno propio
3ª: proteger a los animales y las plantas
4º: proteger a los niños del mundo entero
Le prometí que cuando volviera haríamos un ritual juntos con sus rezos.
Esperábamos la luna llena de septiembre para finalizar su ritual.
Esta noche tomó su vela ritual, sus piedras y su popochkomil (sahumador). Tomé mi rueda medicinal, salvia y quemamos sus rezos. Los niños son impresionantes. Llevan dentro esa magia que como adultos nos cuesta encontrar.
Están profundamente conectados con lo “sagrado”. Los niños de hoy y de mañana son los guerreros de la luz que tanto necesita este mundo.
Acompañémosles en este camino y permitamos que conecten desde una edad muy temprana con la magia que hay en todo. Tienen inocencia y pureza, tienen una luz impresionante y un poder de intención en su interior.
Rituales, todos tenemos. Lavarse los dientes, echarse la siesta, ponerse el pijama, el ritual de acostarse… todo es ritual cuando la acción va acompañada de una intención clara.
Dar sentido y dirección a nuestras acciones. Reconectar lo cotidiano con lo “sagrado” para traer la magia a nuestras vidas.
Esta noche, me sentí orgullosa del pequeño hombre que tenía delante… y mi corazón se llenó de esperanza para el “mañana”.
¿Y tú?
¿Cuáles son sus rituales?
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