Hace poco recuperé algunas de mis cosas, guardadas durante más de 15 años en la antigua casa familiar…
Me sentí como un aventurera, dispuesta a tropezar en cualquier momento con un precioso tesoro olvidado hace tiempo…
Y fue allí, mientras buscaba en mi pasado, oculto bajo las telarañas, que me encontré con dos cajas…
Cuando las vi, me sentí inmediatamente transportada a otra época…
Las metí en el coche sin abrirlas y las llevé a casa…
A la noche siguiente, me senté en el sillón, tomé la primera caja y la abrí…
Dentro, había una parte de mi infancia y adolescencia… hermosas cartas de amor y de amistad, viejas rosas secas, fotos, dibujos, poemas, mi diario (de cuando tenía 14 años), una correspondencia mágica con mi mejor amiga y un sinfín de historias…
Me sumergí en mi infancia, en mis emociones de entonces, mis tristezas, mis preguntas, mis alegrías, mis amores, mis enfados… Pasé la tarde y parte de la noche sumergiéndome en mi historia, esa historia que me hizo ser quien soy hoy…
Miré con mucha ternura y amabilidad a la joven que era y que a veces iba despreocupada, a veces con una visión muy madura para su edad…
Fue tan bueno…
Me reí mucho, lloré,… descubrí cosas que no recordaba en absoluto… pero sobre todo, sentí un inmenso sentimiento de Gratitud y Amor por todas aquellas almas que compartieron un trozo de camino conmigo… tuve mucha suerte de tenerlas a mi lado… todas me ayudaron a crecer… cada una a su manera.
Así que hoy honro y agradezco de todo corazón a todas estas personas que forman parte de mi vida, de mi historia…
Nada ni nadie aparece por casualidad en nuestra vida… nuestras relaciones nos permiten avanzar en el camino del encuentro con nosotros mismos… el efecto espejo que nos proporcionan estas relaciones es una revelación de las heridas emocionales que aún tenemos que trabajar… Seamos los alquimistas de nuestra propia existencia…
Transformemos nuestras heridas inconscientes en poderes conscientes que nos lleven a más Sabiduría.
Anahi Gonzales JimenezEspace Kalima